Si bien suena como un procedimiento médico, sangrar los frenos es un procedimiento de mantenimiento común que debe hacerse regularmente para mantener un vehículo funcionando de manera segura.
La purga de los frenos cae dentro de la categoría de mantenimiento de rutina, y debe realizarse durante la vida útil de un vehículo. La mayoría de los expertos recomiendan purgar los frenos cada 2 o 3 años para mantenerlos en forma.
¿Qué es exactamente el sangrado de tus frenos?
Con el tiempo, pequeñas cantidades de aire quedan atrapadas dentro de la línea de freno. Esto puede provocar frenos esponjosos o un pedal de freno que casi llega al suelo antes de activarse. Esto puede crear una condición peligrosa y debe abordarse tan pronto como sea evidente. Si el sistema de frenado termina con grandes cantidades de aire, es posible una falla completa de frenado.
¿Cómo ingresa el aire al sistema? Las almohadillas de freno severamente gastadas pueden dejar entrar aire en el sistema, así como un servicio deficiente de las pastillas de freno. También es posible que haya una fuga en la línea del freno para permitir que el aire entre en el sistema de frenos. Una conducción deficiente como pisar constantemente los frenos también puede provocar que entre aire en la línea del freno. Independientemente de cómo el aire ingrese al sistema, es necesario purgarlo para garantizar que el vehículo sea seguro de conducir.
Básicamente, purgar los frenos significa eliminar el aire de la línea de freno. Esto asegura que los frenos estén en excelentes condiciones y funcionen correctamente cada vez que pise el pedal del freno.
Cómo se sangran los pedales de freno
Sangrar una línea de freno puede ser difícil y debe dejarse en manos de un profesional. El siguiente es un resumen rápido de los pasos involucrados cuando se sangran los frenos:
El tornillo de purga de freno detrás de cada freno se afloja y luego se aprieta nuevamente, pero no súper apretado. Se requieren llaves de purga especiales para aflojar estos tornillos.
Se colocará una manguera de goma flexible sobre el extremo del tornillo de purga y el otro extremo de la manguera se colocará en un frasco. El recipiente se llenará con líquido de frenos para cubrir el extremo de la manguera.
Una segunda persona bombeará el pedal del freno un par de veces y luego mantendrá el pedal del freno hacia abajo mientras el tornillo de purga se abre de nuevo.
El fluido de frenos saldrá despedido y las burbujas de aire serán visibles en el fluido. Mientras el pedal del freno aún está presionado, los tornillos de purga se volverán a apretar. El pedal de freno ahora se liberará.
Este proceso se repetirá hasta que no haya burbujas de aire visibles en el fluido. El proceso completo se repetirá en cada rueda.